
A Elena (32 años, rubia, flaquita, Administrativa y madre) se le ha caído el último botón de la chaqueta de punto (la verde) y, como sólo funcionamos cuando algo nos toca la moral de forma directa, inequívoca y perretosa, ha escrito esto durante el desayuno:
Tres asignaturas (o contenidos curriculares) que necesitaríamos aprender para ser más útiles y menos tontos:
- Supervivencia en el hogar: coser botones que cuelgan como cabezas desnucadas, cocinar unas lentejas sin que tengan aspecto de engrudo, entablar una buena relación con las cortinas a la hora de descolgarlas, etc.
- Supervivencia a la Administración: saber descifrar un recibo de la luz y del agua (sin que nos parezca swahili), conocer cuándo y cuánto hay que pagar el Impuesto de Circulación, etc.
- Supervivencia en el mundo laboral: conocer nuestras obligaciones y nuestros deberes como trabajadores. Cuánto cuesta ser autónomo, cómo se cursa una baja por enfermedad, etcétera, etcétera.
Ya está.
Elena está estudiando Trabajo Social en la Uned y pide (a veces en forma de comentarios apasionados en los medios digitales) que sus hijos reciban una educación integral, para que sepan cómo funciona el mundo. Bien está que un niño de 1º de la ESO sepa quién fundó Atenas o qué es un marsupial; pero ¿qué tal quitar unas cuántas fechas y glosarios memorísticos del programa y sustituirlos por materias prácticas?.

Es que cada vez ganamos más al Trivial y nos licenciamos en dos carreras, pero ponemos cara de higo cuando nos piden que cambiemos un pañal o busquemos la radial en un taller.
Quien quiera malinterpretarlo dirá que esta argumentación sólo la sostienen los malos estudiantes, los malos padres o los demagogos. Incluso puede que critiquen a la susodicha Elena y le pregunten con guasa intelectural a ver si quiere que vuelva la Sección Femenina para aprender bien el Petit Point.
Elena no comprende los extremismos, ni las posturas escoradas. ¿Hay que elegir entre trabajar en una acelereador de protones y saber guisar albóndigas? ¿Entre el analfabetismo y dejar boquiabierto a Jordi Hurtado en Saber y Ganar? El concepto educación integral, ¿no es posible?. Integrales son los panes, las dietas y los balnearios. ¿Y la educación?.
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