lunes, 11 de enero de 2010

Robo en la playa (ficciones)



Me despierto en la playa, con la boca entreabierta y una circunvalación de baba dando fe sobre la toalla de que el sueño ha sido reparador.

Noto frío y echo mano al bolso.
Cojo el jersey con mala espina, porque sé ya que me falta algo.
No está la cartera.
No tengo tarjeta de crédito, ni DNI, ni carné de conducir, ni ningún documento que me acredite como residente de la civilización occidental. Me asusto. Si estuviera en Moscú, tendría un grave problema (al menos hace 10 años, uno tenía que portar un documento que acreditase su procedencia y dónde iba a pasar la noche).

Las llaves también han volado.
No tengo suelto para llamar a nadie. No tengo tampoco teléfono móvil y las dos cabinas de teléfono más cercanas están chamuscadas por una gracia de Fin de Año.

De hecho, no conozco a nadie, porque estoy de vacaciones. En un apartamento medio destartalado pero cuco cuya recepcionista está, un martes a las cinco de la tarde, tomando el café en su casa.

Hasta mañana nada.
Y mientras tanto, ¿qué?

¿Qué hacer cuando a una le quitan las cosas de plástico que le dan dinero, comunicación y caché humano?.
La gente no se fia de una indocumentada. Y no sé a qué viene tanta suspicacia.

Tengo el pelo revuelto. Lleno de salitre. Las canas ganan el pulso a las mechas. Con un poco de esfuerzo podría hacerme tuco/rastas.

Ah, no.
Que no importa.
Lo del pelo es lo de menos. Acabo de descubrir que tengo el jersey, pero me han desaparecido la parte superior del bikini y toda mi ropa.

Soy una mujer en bragas y con jersey.
Seguro que me hacen caso.
Pienso en Inocente, Inocente y me entran ganas de maldecir.

¿Qué hacer?

Ni las cholas me han respetado.
No hay nadie más en la playa. El sol es una pulga rosa.

jueves, 7 de enero de 2010

Nuevas Greguerías




















Ramón Gómez de la Serna (1888-1963) era un mirador nato. Ni escritor, ni pensador. Su facultad era mirar. Y encontraba que los elefantes tenían trompa de pulpo, y que el vaho en el espejo era un beso enviado desde el más allá.

Si son de los que ven más allá de los adoquines, lean Nuevas Greguerías. Se trata de una novedosa recopilación de estas metaforas humorísticas, acompañada de las fotográfias de Chema Madoz, el homólogo simbolista.

Edita La Fabrica. Y lo vende la librería El Puente, en Arrecife. O quizás ya no, porque el aluvión de compras navideñas ha sido brutal. Encárguelo, si le pica la curiosidad. Es un viaje hacia el verdadero aspecto del mundo. Supone colocarse unas gafas para ver algo cómo lo cotidiano es lo más extraordinario del universo.

miércoles, 6 de enero de 2010

Dicen





Hoy los gritos se dan al aire.
Y el aire se funde en bolsas de plástico.


Y el plástico tiene forma de kiwis de juguete.
Y todo adquiere sentido.
No sé si serán los Reyes Magos.
La magia dicen que existe.
Debe de ser, porque mi calle estaba desierta de felicidad.

martes, 5 de enero de 2010

A las 5 en punto


Uruguay, 1973.
Los militares toman el poder y derogan la constitución. A partir de ese año y hasta 1985, no se celebran elecciones democráticas. Un Consejo de Estado- suerte de conciliabulo de sabios que son sabios poco después de decidirlo ellos mismos - se encarga de tomar las decisiones. Los denominados 'escuadrones de la muerte', auspiciados por la CIA norteamericana, se encargan de silenciar/matar a los opositores al régimen. Aunque opositen con palabras.

Hay quienes deciden movilizarse a pesar del peligro. Un grupo de trabajadores y estudiantes protagonizan acciones de desobediencia civil. La fundamental: la huelga. La lucha se articula desde la Convención Nacional de Trabajadores (CNT) y termina siendo uno de los movimientos libertarios más importantes de América Latina en el siglo XX.

A las cinco en punto es una película documental que refleja este momento histórico, que para muchos historiadores fue un punto de inflexión a la hora de abordar los conflictos políticos o de sopesar la fuerza de los sindicatos y las organizaciones obreras. El realizador José Pedro Charlo la rodó en 2004, y se centró en los 15 días de huelga general que conmocionaron el país.

La proyección de la película es una iniciativa del colectivo de jóvenes Paralelo y del Sindicato Obrero Canario (FSOC). Después de la proyección (mañana jueves de reposo, 6 de enero, a las 17.00, en el Archivo de Arrecife), se realizará un coloquio.

Salvando todas las distancias y las formas, no convendría perder de vista que en España, el totalitarismo franquista terminó en 1975 y que en 1982 hubo un intento -cañí, pero intento- de golpe de estado. Y que cualquier espacio para el debate y la reflexión ciudadana es digno de aplaudir. Vivan los cine forum.






lunes, 4 de enero de 2010

Desinformación navideña















Un cuento de Navidad:

1) Me levanto al mediodía porque el catarro me tiene en la cama, rodeadito de un oceano de pañuelos al que le he pronosticado marejadilla de mucosidades.

2) Enchufo la tele, mientras intento atinar en el viaje desde el bote de café hasta el corazón de la cafetera. La cucharilla tiembla con una imprecisión impropia de alguien que no tiene 80 años.

3) En el primer telediario me encuentro a un hombre/periodista que analiza el primer problema de año nuevo: la nomenclatura y pronunciación inglesa de 2010. ¿Se dirá chuentiten? ¿Se diría chu, siro, guan, siro? No sabe bien. Desde el efecto 2000 nadie vio en la tele pamplina igual de grande.
Cambio de canal.

4) En el telediario contiguo, salen Papa Noeles tomando el sol en Sidney (que no sé por qué sale tanto Sidney en la tele, si Camberra es la capital, la pobre...). Y sale gente disfrazándose por Nochevieja y gente empaquetando uvas, y en definitiva, gente que celebra las Navidades mirandose y rgodeándose en su propio ómbligo...

5) Apago la tele porque en todos los telediarios, la actualidad tiene espumillón, macarradas y cosas que ya se saben. La antinoticia.

6) Mi hijo me pregunta que es la Ley de Pendencia, que se lo oyó decir ayer a su primo Marcos. Yo le digo que es Ley de Dependencia y que es una cosa que bien hecha nos daría dinero para cuidar al abuelo, que está cada vez más en el lado Darth Vader de la cabeza. Pero que como a los que mandan en nuestra comunidad les importa media papa el abuelo, no tenemos ni un extra para sus pañales, ni a un profesional que nos ayude a cuidarlo.
El niño se queda serio y se va a jugar con un Gormiti.

7) Me mosquean mucho las celebraciones exageradas, que más que un deseo de estar bien, son un "por narices tienes que estar bien". Porque esa luz blanca de prosperidad y comunidad bien avenida nos arrebata nuestra pequeña felicidad de claroscuros. Que es la buena, la que se siente y se padece a diario. La de carne y hueso.
Que el merchandising de amor y polvorones llegue al centro comercial me parece lógico. Pero que infecte a las redacciones de los principales medios de comunicación de este país es vergonzoso.

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