Enchúfate

No queremos pasarnos al lado oscuro (y mira que le tenemos aprecio a Darth Vader), pero estamos en posición de afirmar que este diminuto graffiti que uno pisa sin darse cuenta cuando camina por el ya famoso (al menos en este blog) Parque Islas Canarias es una alegría para el cuerpo y la mente.

Un enchufe de cuerpo rizado sale de un pequeño agujero.

Se aprovecha lo que brinda la calle para hacerla más divertida, para jugar con ella.

Un alivio entre tanta pintada de "Jony te quiero", "Pibón Laura" y "Cocolo estuvo aquí".

Es de esperar que las autoridades no confundan tan distintos usos del spray. Uno modifica el espacio con bondad y buen rollo. El otro, convierte la ciudad en un Telesketch cutre manejado por niños sin imaginación.

El otro Parque

Es de agradecer que un perro devuelva las horas de la mañana que se perdieron por costumbres ancestrales. Desde hace semana y media, el Parque Islas Canarias y Luisa son uña y carne. Todo, gracias a un cánido mil-leches muy bien educado (de hecho, el perro mira las piezas del ajedrez con toda la intención de mover un alfil; no de comérselo como sería más connatural a su raza).

Este domingo por la mañana, Luisa paseaba al ajedrecista por este Parque, que fue concebido por los arquitectos Chesa y Mena. El parto resultó otro: un lugar sin arboleda, sin sombras y sin terraza para el café. Sin embargo, el parque es transitado. Hay ciclistas, grupitos de adolescentes jugando a buscarse, novios columpiándose, perros paseando... Incluso el viernes pasado, 4 de septiembre, se pudieron ver a dos parejas sexagenarias sentadas en un banco, mirando la luna llena reflejada sobre el mar de los pantanales, con el Castillo de San Gabriel haciéndolo todo muy medieval.

Pero como en todos los sitios públicos, y más en Arrecife, aquí se descubren cosas rocambolescas. Hoy nos desayunamos con una llanta de bicicleta incrustada [arriba, derecha] donde debiera levantarse una palmera. En su lugar, un tocón señala la mutilación.

La marea que está de puertas abiertas, desnuda los escalones de piedra de los pantanales. En el striptease queda al descubierto una silla de ruedas [arriba, izquierda], oxidada y vestida con un traje de algas.

Para terminar: el balcón al Más Allá. Un tramo de la barandilla metálica que separa el salao mar del parque está destruido. Un tanto peligroso.

La Señora Montaña Basura

"¡La montaña lo sabe todo, la montaña lo dice todo!"

Entre mondas de naranja y posos de café, la Señora Montaña Basura repartía consejos entre los Fraggle, unos seres ideados por el genio de Jim Henson, con aspecto de rana de fieltro (*).

Pero los tiempos cambian. Y los vecinos de La Vega no somos batracios ni estamos rodando una serie. La montaña de basura que había ayer por la tarde en la calle Góngora (Arrecife) no decía ni mú. Ni hablaban las cholas abandonadas, ni la ropa, ni los cubos de plástico. Ninguno de los objetos desparramados junto a los contenedores asesoraban a nadie.

Toca preguntarse si es que en esta isla vive el mayor porcentaje de anti-ciudadanos del planeta o si es que la Administración Pública no ha sido capaz en estas últimas décadas de facilitar el sentido común (o cívico, que es lo mismo) a la gente.

En el 928 81 55 60 la empresa Urbaser atiende a los vecinos que quieren deshacerse de un trasto inútil. Es un servicio municipal y gratuito. Si usted ha tenido problemas con este servicio o con el reciclaje en el Punto Limpio de la capital, cuéntenoslo.

(*) http://www.youtube.com/watch?v=tmmNtMdqUpE En este enlace pueden asistir a uno de los momentos del primer capítulo de los Fraggle Rock (1983), en el que Gobo sale a la superficie para pedir consejo a la Montaña de Basura sobre ir o no o ir a buscar las postales del viajero tío Matt al mundo exterior...

Acto reflejo (y aceites...)

Acto reflejo: comportamiento automático que nos conduce a hacer o no hacer algo.

Ejemplos: parpadear, apartar la mano del hornillo al dente, bostezar cuando un concierto aburre con soberanía y esplendor, etc.

Tirar la cajita de las papas fritas con ketchup, es decir un envase cuadrado de lo que parece poliestireno expandido (agüita lo que cuesta reciclarlo) no es un acto reflejo. Es un comportamiento adquirido. Porque el padre del que se comió la hamburguesa lleva años haciendo lo propio y pensando que paga suficientes impuestos como para estar preocupandose por una guarrada más o menos en la acera.

[...]

Post data y por cierto: ¿Hay contenedores para reciclar el aceite doméstico en Arrecife? Si no los hay: ¿Espera el Ayuntamiento que vayamos en romería al Punto Limpio a tirar garrafas de aceite usado? ¿Ha cocinado el Consistorio croquetas alguna vez en su vida? ¿Sabe el aceite que se utiliza para que salgan doraditas por fuera? En caso afirmativo: ¿Tiene el Consistorio una cocina grande como el Salón de los Espejos de Versalles donde almacena garrafas de aceite a tutiplé? Nos alegramos. Pero se da la circunstancia de que muchos ciudadanos tienen una cocina de tamaño medio donde no cabe acumular el aceite de fritanga.

¿Podrían colocar contenedores para el aceite reciclado o suena a cursi exigencia ciudadana?.

Gracias.

Fotografia tomada con un móvil en una mañana de San Ginés, en el tramo de Avenida Medular que muere en el Recinto Ferial.